viernes, 12 de marzo de 2010

UNA MIRADA HACIA EL FUTURO...




PUENTE "INFINITO" Y VISTA DE ZONA INDUSTRIAL

Cuando escucho a alguien decir que Chile está cerca de ser una nación desarrollada no puedo sino esbozar una sonrisa de comprensión y compasión por la vanidad, ignorancia y soberbia del interlocutor que emite tamaña osadía. Sucede que hace 52 años atrás visité los EE UU por primera vez, recorrerlo de sur a norte por carreteras de 4 y 8 pistas, sin un sólo cruce (todos bajo o sobre nivel) nos permitió darnos cuenta, por más de dos mil kilómetros, de lo hermoso, organizado y avanzado del medio que los americanos vivían en ese entonces. 20 años después llegué por primera vez a Europa y lo mismo, pero esta vez acentuado por una gran tradición de siglos y milenios de desarrollo en ciudades como Londres o Paris.

Santiago, 50 años después que Miami, cuenta hoy con una red de carreteras concesionadas, Chile como país, dista mucho de poseer una carretera de cuatro pistas desde Arica a Puerto Montt. Los chilenos, 15 millones de ellos, distan mucho de convivir socialmente como lo hacen 55 millones de locales e inmigrantes en el Reino Unido, con una superficie equivalente a un tercio de Chile.
En fín, mientras nosostros progresamos paso a paso, las naciones desarrolladas progresan brinco a brinco. Alcanzarlos se torna entonces en una imposibilidad física y matemática.

Pero no todo ha de ser eternamente contrariante. De tanto en vez, entre penas y alegrías, nuestro país es bendecido con algún acontecimiento inesperado que cambia nuestras vidas. Como una guerra, como un centenario (terremoto en Valparaíso), como un Premio Nobel, como dos, como un gran precio del cobre, como un bicentenario (terremoto en Bío Bío) como un nuevo gobierno, como un nuevo comienzo.

Así, en este día de réplicas, temores y congojas, es bueno reflexionar sobre el futuro de nuestro país y de la oportunidad que se nos presenta para empezar de nuevo. Renacer de entre las ruinas polvorientas con renovados paisajes y remodelados parajes, pueblos, puertos y ciudades. Esta es una oportunidad que no podemos pasar por alto, o desperdiciar, y para ello, me permito presentar a quienes leen estas entradas, una iniciativa que se llevó a cabo en Inglaterra, Teesside, o el Valle de Tees, una region en el NorEste de la isla en donde 600.000 personas viven en cinco ciudades que se sitúan en los márgenes de la desembocadura del río Tees al Mar del Norte.

Los habitantes de esta región, principalmente industrial, con importantes refinerías y procesadoras de petroquímicos, acero y puerto marítimo, eran conocidos como "los smogis" dado el alto grado de contaminación atmosférica que las instalaciones industriales producían. Al principio el término era un tanto despectivo, pero de a poco los "smogis" vinieron a gustar y hacer suyo el término.
En los años 80 y 90, la Corporación de Desarrollo de Teeside sentó las bases de un desarrollo sostenido hasta que en el año 2002 la compañía Regeneración de Teeside se hizo cargo de un millonario programa dirigido a promover la región con especial énfasis en la opción "cero emisión de carbón", el desarrollo de parques, centros comerciales, industrias limpias, la habilitación y comercialización de nuevos terrenos y desarrollo urbano.

Pueda que la visión de estas palabras e imágenes, inspiren, a habitantes, pequeños y grandes empresarios, arquitectos, ingenieros y autoridades de gobierno para que nuevamente demos un pequeño gran paso adelante movidos por la adversidad de la gran catástrofe que ha conmovido al país entero.

1 comentario:

suu dijo...

Hola Rafael.
tienes toda la razòn, no podemos seguir con construciones de adobe o concreto, viendo nuestro país en el suelo cada 10 aprox.Esperemos que este gobierno con toda su gente joven, traigan modernidad en las construcciónes,ej:las casas básicas asismica, como un estilo que tienen los canadienses,con otra presentación (agradable a la vista) sin olvidar que somos un país pobre en lo social, los puentes etc. Aprovechar los recursos.En todo caso es un tema amplio.Hay mucho por hacer y reconstruir.
un beso